Lecturas combinadas

Con un asombro similar al que me causó ver como rodaba el Spirit sobre la superficie de Marte he visto a gente comer un tamal verde y uno rojo perfectamente alineados y acostados en el interior de un mismo bolillo, o personas mirar una película con una concentración cercana al nirvana disfrutando lo mismo de la actuación de Julia Roberts que apoltronarse cómodamente y mirar atentamente aMedea de Passolini, escuchar el Réquiem de Mozart y luego tararear alguna canción de Luis Miguel, y con esa mismas extrañas conductas he visto a lectores no sólo mezclando y combinando, la lectura de los diez pasos para encontrar la felicidad mediante el último método budista, mientras ¿disertan? sobre Así habló Zaratustra, o hacer una cita de Sartre sobre si el infierno son los otros que decir “no hay mal que por bien venga”, ignoro las consecuencias espirituales de mezclar versos como “yo nací en un día que Dios estuvo enfermo” de César Vallejo con el estribillo de “asereje eje…” o llevar una lectura paralela de Quién se ha llevado mi queso con la del Ulises de James Joyce, hojear la revista Hola analizando la romántica cena del 14 de febrero del Príncipe Felipe y doña Letizia a la par que examina un artículo sobre los últimos hallazgos del ADN en la revista NewScientist.

Los lectores argumentan su derecho a la diversidad, a una dieta rica en renglones grasos y enunciados vitaminados, párrafos light y textos densos que permitan un equilibrio ni tan erudito ni tan estulto, sin embargo es difícil imaginar digerir y metabolizar un “Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía un tal Pedro Páramo…” con algo de “En una noche sin igual se llevó a cabo la celebración del matrimonio entre Jenny Ordorica y Josué Shell elegantemente ataviados…” desconozco las consecuencias físicas y mentales de combinar ingredientes tan extremos, seguramente originados por una indescifrable disfunción emocional, bioquímica, orgánica y ontológica, una gana suicida, inmisericorde e indiscriminada por devorar textos no importando su raza, credo o color, la pregunta que sigue sería ¿es válida la discriminación de géneros, claro, en la literatura? ¿qué tan recomendable es esa mezcla multiforme y deforme de textos? La “pluralidad de filosofías no es sino el fracaso de todas ellas” decía Jorge Luis Borges, sin embargo Octavio Paz escribió por ahí que “la diversidad de poemas sólo afirma la unidad de la poesía”, ahora que yo prefiero quedarme con, como diría Efraín Huerta en uno de sus poemínimos:”el respeto al complejo ajeno es la paz”.

Gabriel Feregrino

Publicado en el boletín 7 en la sección Cuarta de forros, en febrero 2004 enhttp://www.alfaomega.com.mx/